“La realidad es que nadie está satisfecho con el Plan de Reconstrucción”, afirmó el gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, a menos de un mes de que se cumpla un año desde que el incendio, que comenzó el 2 de febrero de 2024, cobrara la vida de 136 personas en Viña del Mar y Quillota.
Según la autoridad, el proceso “ha sido extraordinariamente complejo”, en declaraciones a radio Cooperativa. “Nuestras estimaciones señalan que más de 8.800 viviendas fueron destruidas durante los incendios del 2 y 3 de febrero de 2024”, agregó.
Mundaca subrayó que las cifras del gobierno regional no coinciden con las del Servicio de Vivienda y Urbanismo, ya que “el total de viviendas afectadas se sitúa en aproximadamente 5.186, de las cuales más de 3.700 son regulares y alrededor de 1.400 a 1.450 pertenecen a hogares de campamento”.
Del total de viviendas afectadas, recordó que, según la presentación del ministerio ante la Cámara de Diputados, “3.600 no son reparables. Se prevé la existencia de cerca de 1.800 subsidios asignados directamente para llevar a cabo soluciones, y, en realidad, ha sido un proceso lento”, afirmó.
Además, destacó que “ha sido un proceso fallido, ya que nuestras estimaciones no coinciden con las del Minvu (Ministerio de Vivienda y Urbanismo), y también ha habido irregularidades en la entrega de bonos. Las personas se han visto obligadas a movilizarse para que estos se mantengan”.
“Son bonos que permiten a las familias acceder a viviendas transitorias, donde han decidido permanecer mientras la reconstrucción aún no se concreta”, explicó Mundaca.
“Hemos preguntado a las autoridades si existe un cronograma o carta Gantt para la entrega de viviendas y subsidios, además de una proyección específica para la entrega de casas”, afirmó el gobernador.
Mundaca insistió en que “ha sido un proceso complicado y poco ágil” y solicitó celeridad al Ejecutivo, ya que la reconstrucción “sigue siendo un tema pendiente en nuestra región”.
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