Diversos grupos de diputados valoraron la dimisión de Karol Cariola a la presidencia de la Cámara, destacando la importancia de resguardar la imagen de la corporación y evitar que se desvíe la atención del trabajo legislativo. Algunos también manifestaron críticas hacia la Fiscalía Regional de Coquimbo, encargada de la investigación por tráfico de influencias, por la filtración de conversaciones privadas.
El líder de la bancada de Renovación Nacional, diputado Hugo Rey, comentó que «apreciamos la decisión de la presidenta de la Cámara de dar un paso al costado, comprendiendo que está orientada tanto al cuidado de la imagen del Parlamento como a una necesidad personal legítima. Ser madre implica una gran responsabilidad, y consideramos que dedicar tiempo y energía a su hijo recién nacido es una prioridad que merece respeto. Como oposición, continuaremos trabajando para fortalecer la institucionalidad y asegurar el buen funcionamiento del Congreso en beneficio de todos los chilenos».
Por su parte, el jefe de la bancada de la UDI, Gustavo Benavente, afirmó que «la presencia de la diputada Cariola al frente de la presidencia de la Cámara ya no era sostenible. La renuncia era lo que se esperaba de alguien que está siendo investigada por delitos graves y cuya permanencia podría poner en duda el prestigio de la Cámara de Diputados».
El líder de la bancada del Partido Socialista, Juan Santana, resaltó que su dimisión «permitirá que no se desvíe el trabajo legislativo que la Cámara de Diputados lleva a cabo sobre diversos proyectos de ley urgentes para la ciudadanía, y al mismo tiempo le dará a la diputada la oportunidad de concentrar todas sus energías en su defensa ante las investigaciones en curso».
Mientras tanto, la jefa de la bancada Ind.-PPD, Camila Musante, expresó que «supongo que ahora que ha renunciado no habrá más filtraciones de las conversaciones privadas de la diputada Karol Cariola y es que cuando la derecha fija un objetivo, no les importan ni siquiera las condiciones humanas que ellos mismos dicen proteger«.
Adicionalmente, la diputada Sara Concha, presidenta del Partido Social Cristiano y promotora de la fallida censura a Cariola, indicó que «siempre creímos que no se trata de una persona en particular, sino que quien ocupe la presidencia de la Cámara de Diputados debe hacerlo buscando la probidad y la transparencia. Por lo tanto, su involucramiento en una investigación como imputada en un posible caso de tráfico de influencias claramente no beneficiaba a la imagen de esta institución. Apreciamos su decisión, pero habría evitado muchas situaciones incómodas si hubiera dimitido desde el inicio».
El jefe de la bancada republicana, Cristián Araya, dijo que «Karol Cariola finalmente ha renunciado. Ya lo habíamos anticipado: su llegada fue ilegítima, su permanencia no fue positiva y sus vínculos con empresarios chinos la dejaron sin respaldo. Era cuestión de tiempo. Ahora, que asuma la responsabilidad y dé la cara».
El diputado Jaime Mulet, de FREVS y candidato presidencial, también se pronunció al respecto. «Que Karol Cariola tuviera que dimitir a la presidencia de la Cámara debido a la filtración de conversaciones privadas es muy serio. Esto muestra que el Ministerio Público está gestionando mal su labor. Debe investigar lo que considere necesario para perseguir delitos, pero no filtrar conversaciones privadas que no tienen relación con esos delitos», sostuvo.
Por su parte, el diputado comunista Boris Barrera expresó su «solidaridad y afecto hacia Karol Cariola, quien ha sido blanco de una burda operación política para desacreditar su labor. Su gestión como presidenta de la Cámara fue justa, imparcial y siempre defendió la democracia. La verdad saldrá a la luz, y aquí permaneceremos firmes apoyándola siempre».
Finalmente, el diputado Miguel Ángel Calisto, de la bancada Ind.-Demócratas, comentó que «la renuncia al cargo de la presidencia de la Cámara es importante para no vincular a la institución con la situación que está atravesando en este momento. Sin embargo, también creo que es fundamental ser extremadamente prudente y justo en el juicio, recordando que nos encontramos en un proceso de investigación donde aún no se ha comprobado nada, y donde no existe una sentencia; por ello, es vital ser riguroso y respetar el principio de presunción de inocencia, considerando que los cargos que se le imputan aún no están verificados».
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