Más de 30 balnearios en Chile están ubicados en áreas donde se vierten aguas residuales, utilizando emisarios submarinos, que son las tuberías sumergidas empleadas por las empresas sanitarias para descargar estos desechos en el océano.
Uno de estos balnearios es el de Loma Larga, que pertenece a Esval y se encuentra al pie del cerro Playa Ancha en Valparaíso. En 2023, a solicitud de la comunidad vecinal y pescadores de la caleta El Membrillo, se llevó a cabo un estudio por parte del HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha, el cual evidenció niveles preocupantes de coliformes fecales, incluso en la zona costera.
Durante diversas campañas de muestreo, se seleccionaron puntos estratégicos para el análisis, abarcando la zona de descarga del emisario, la Zona de Protección Litoral (ZPL) y el Área de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB) “El Membrillo”, incluyendo sitios de control para contrastar resultados.
Ante esta situación, el HUB Ambiental de la U. de Playa Ancha llevará a cabo, con financiamiento de la Dirección General de Investigación, un estudio que permitirá realizar, en 2025, un monitoreo continuo en tres puntos clave de la bahía del Gran Valparaíso: las playas Las Torpederas y Caleta Abarca, y el Muelle Barón.
La investigación se regirá por el Decreto N°144 del Ministerio Secretaría General de la República, que establece desde 2009 “normas de calidad primaria para la protección de las aguas marinas y estuarinas aptas para actividades recreativas con contacto directo”. Además, con este proyecto y otras iniciativas del centro, se busca profundizar en sitios ya estudiados y otros posiblemente impactados por vertidos de aguas residuales, considerando análisis microbianos mediante herramientas moleculares del HUB Ambiental UPLA.
La iniciativa abarcará varias líneas de acción. Por un lado, además de medir nuevamente la concentración de coliformes fecales, se evaluará la presencia de metales como cadmio, plomo, mercurio y arsénico, entre otros, abarcando tanto el agua de mar como los sedimentos.
Además, “realizaremos una caracterización de la fauna marina, ya que, si determinamos que estas aguas presentan altos niveles de coliformes fecales, esperaríamos encontrar mayor cantidad de materia orgánica. Esto influye directamente en la comunidad bentónica, que son los organismos adheridos a las rocas; algunos, como los choritos, tienen una mayor predisposición a filtrar esta materia, por lo que podrían proliferar más que otras especies”, explicó la Dra. María José Díaz, académica de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la universidad, investigadora asociada del HUB Ambiental UPLA y principal del proyecto DGI CNE20 – 2526.
La experta añadió que si se determina que estos tres puntos de análisis están siendo impactados por aguas residuales, se podría esperar la presencia de otros microorganismos que indican contaminación fecal, además de la conocida bacteria Escherichia coli.
“Siempre se ha creído que la E. coli, al pasar del agua dulce al agua salada, sufre una alta mortalidad. Aunque esto es cierto, algunos microorganismos son más resistentes y pueden sobrevivir durante horas o días. Se ha descubierto que, incluso, pueden permanecer en la arena por períodos prolongados”, advirtió, añadiendo que, adicionalmente a virus y bacterias, el análisis podría revelar otros contaminantes emergentes, como residuos de productos farmacéuticos y de higiene personal (PPcPs, por sus siglas en inglés), presentes en las aguas residuales. “Esto no solo impacta a la vida marina, sino también a aquellas personas que se bañan o tienen contacto directo con el agua de estas playas o sitios recreativos”, enfatizó la Dra. Díaz.
PURANOTICIA
Con Información de puranoticia.pnt.cl