Chile está al borde de quedar fuera del Mundial 2026 tras su derrota por 1-0 ante Paraguay. Aunque el equipo mostró un desempeño equilibrado, evidenció una falta de cohesión colectiva para competir en niveles más altos.
Solo unos pocos jugadores confirmaron su verdadero nivel en el Defensores del Chaco, comenzando por Lucas Cepeda, quien fue el destacado del equipo nacional.
Brian Cortés: A los 38 minutos tuvo una intervención clave tras un cabezazo de Junior Alonso. A partir de ahí, aunque mostró algunas dudas en ciertas jugadas, logró mantener una postura más segura. No tuvo responsabilidad en el gol paraguayo.
Felipe Loyola: Su inclusión como lateral, cuando en su club juega como volante, fue una decisión del entrenador Ricardo Gareca. Le costó adaptarse a esa posición, pero mejoró al integrarse más al juego del medio campo, aunque no fue lo suficientemente impactante.
Guillermo Maripán: Aunque se mantuvo en su posición la mayor parte del tiempo y compitió bien con Sanabria, no reaccionó a tiempo en la marca que llevó al gol de Alderete. No fue determinante en el juego aéreo frente a los delanteros paraguayos.
Paulo Díaz: Ingresó de forma sorpresiva por Francisco Sierralta y demostró ser una elección acertada, siendo el mejor del bloque defensivo chileno, alcanzando quizás su mejor rendimiento con la selección en mucho tiempo.
Gabriel Suazo: Su rendimiento fue intermitente. En algunos momentos se concentró en marcar a Cáceres y Sosa, mientras que en otros se atrevió a subir y asociarse con Pizarro. Tras el gol paraguayo, buscó el arco rival por su lado, pero careció de claridad en sus acciones.
Arturo Vidal: Con solo 65 minutos jugados previamente en la temporada, su falta de ritmo se hizo evidente. A pesar de su habitual deseo de ser protagonista, pocas veces pudo iniciar jugadas ofensivas y fue responsable, en parte, del gol de Alderete al no marcar bien.
Rodrigo Echeverría: Se comportó como un “relojito”, siendo un factor clave en el mediocampo. Se destacó por su gran despliegue físico y, hacia el final del partido, se incorporó al juego ofensivo, aunque le faltó finalizar con tiros a puerta, que es una de sus virtudes.
Vicente Pizarro: Comenzó bien, recuperando pelotas y animándose a participar en construcciones ofensivas. Hizo un buen partido en general, aunque dejó su puesto cuando Gareca decidió arriesgar más.
Alexander Aravena: Estuvo cerca del área rival, generando un par de ocasiones para anotar o asistir a un compañero. Sin embargo, su falta de ritmo en Gremio se notó y fue reemplazado por no cumplir con lo esperado.
Eduardo Vargas: Al llegar con críticas por su desempeño en Nacional de Uruguay, su participación fue escasa. Nunca logró conectarse y pidió poco el balón, siendo uno de los puntos más bajos del equipo chileno antes de ser sustituido, con razón.
Lucas Cepeda: Fue el jugador más destacado de Chile. Jugar en el flanco derecho le permitió brillar, tal como lo hizo ante Venezuela, donde anotó dos goles. En este partido, habilitó a Aravena para una posible apertura del marcador y estuvo cerca de marcar tras un buen remate que exigió a Fernández.
Diego Valdés: Desde su ingreso, mostró su habitual habilidad para manejar el balón, aunque le faltó profundidad. Su inclusión en el equipo fue debatible, especialmente considerando que en su club es suplente.
Charles Aránguiz: Intentó organizar el juego de Chile con su inteligencia habitual, pero esta vez no encontró el apoyo necesario de sus compañeros.
Luciano Cabral: Al entrar, buscó filtrar pases, pero enfrentó una defensa que lo forzó a retroceder y le dificultó realizar jugadas destacadas.
Fernando Zampedri: Su ingreso era esperado por los fanáticos, pero no recibió ningún pase favorable. Quedó atrapado entre los defensores paraguayos.
Darío Osorio: Participó poco en el juego colectivo, pero tuvo una oportunidad clara de empate en los descuentos con un potente zurdazo que fue bien detenido por el portero paraguayo.
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