Una niña boliviana de solo 8 años fue vendida por su propia familia en Bolivia por 350 mil pesos para trabajar como sirvienta en un campamento en Rengo, Región de O’Higgins. El caso salió a la luz gracias a una investigación de Reportajes T13 y el trabajo de la Fiscalía liderada por el fiscal jefe de Rengo, Osvaldo Yáñez.
La menor, que no fue registrada ni en Bolivia ni en Chile, vivía en condiciones de abuso y explotación. Fue vendida por su abuela a una pareja de compatriotas que se trasladaron a Chile, donde la niña era obligada a realizar trabajos domésticos, sin recibir educación ni atención médica.
Los maltratos fueron severos: la niña dormía a la intemperie, recibía castigos físicos, y, en ocasiones, se le negaba comida, por lo que pedía alimentos a los vecinos. Fue precisamente una vecina del campamento quien, al observar los abusos, decidió intervenir. Ella fue quien, en varias ocasiones, le dio comida a la niña y le ofreció apoyo, alertando a la fiscalía sobre el abuso.
En una entrevista videograbada con la Fiscalía, la menor relató los maltratos sufridos, describiendo cómo se le privaba de alimentos y se le golpeaba si no cumplía con las expectativas de las personas para las que trabajaba.