El Gobierno confirmó el fin del Plan Estadio Seguro, creado en 2011 con el objetivo de erradicar la violencia en el fútbol chileno. La decisión fue tomada tras la crisis de seguridad que vive el deporte, agudizada por la reciente muerte de dos hinchas de Colo Colo.
Luis Cordero, ministro de Seguridad Pública, destacó que el plan no cumplió su propósito principal y que, como régimen de funcionamiento, «ha fracasado». En este contexto, el Gobierno optó por desmantelar la estructura encargada de velar por la organización y control de los partidos de fútbol profesional.
Simultáneamente, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) anunció que el Registro Nacional de Hinchas será obligatorio para asistir a los partidos de Primera A. Esta medida permitirá identificar a los responsables de actos de violencia en los estadios, algunos de los cuales ya han recibido sanciones de 12 años sin poder ingresar a recintos deportivos, tanto a nivel nacional como internacional.
