El vicepresidente del Partido Socialista (PS), Arturo Barrios, fue confirmado como nuevo diputado por la región de Valparaíso, en reemplazo de Tomás de Rementería, quien había sido inicialmente designado como senador tras la destitución de Isabel Allende. Sin embargo, la designación no ha estado exenta de controversias.
Barrios, quien no es oriundo de la región, ha sido blanco de cuestionamientos desde el interior del partido y por parte de otros sectores políticos. La crítica principal radica en el carácter centralista de su nombramiento, el cual ha sido interpretado como una imposición desde Santiago, dejando de lado liderazgos regionales. De hecho, fue el propio De Rementería quien, tras bajarse oficialmente de la nominación al Senado en un principio, lamentó “las decisiones centralistas y los intentos de imponer nombres ajenos a la región”.
A esto se suma una nueva controversia: el diputado republicano Luis Fernando Sánchez ofició a la Fiscalía para indagar si existe alguna investigación pendiente en contra de Barrios, luego de que resurgieran unas declaraciones de 2020 en las que, durante un encuentro de la Fundación Horizonte Ciudadano, afirmó tener “pactos con el narco” para ingresar a sectores populares.
“Es un escándalo que el PS crea razonable nombrar como diputado a alguien que dijo tener vínculos con el narcotráfico”, señaló Sánchez, agregando que la ciudadanía tiene derecho a saber si existe alguna relación vigente entre el nuevo parlamentario y grupos delictuales.
Por ahora, desde el PS han evitado profundizar en los cuestionamientos. La presidenta del partido, Paulina Vodanovic, se ha limitado a asegurar que el proceso fue validado por la Comisión Política y atribuyó los enredos iniciales a “problemas administrativos”.
Arturo Barrios, por su parte, aún no se ha referido públicamente a las críticas ni a los antecedentes que han reflotado desde su pasado político. Su aterrizaje en el Congreso, sin embargo, ya genera ruido en una zona donde se esperaba un liderazgo con mayor arraigo territorial.
