Implementó medidas para ofrecer alojamiento, atención médica y alimentos a las poblaciones más desfavorecidas de Roma. De hecho, se le pudo ver por las noches recorriendo las calles de la ciudad para distribuir comida.
En línea con esta austeridad, también intentó aclarar las cuentas históricamente poco transparentes de la Iglesia.
Por ejemplo, en febrero de 2014, creó la Secretaría de Economía para supervisar las finanzas de la Santa Sede. Apenas un mes antes, un clérigo italiano de alto rango fue acusado de lavar millones a través del Banco del Vaticano.
Sin embargo, no todo fue positivo para los jesuitas durante el papado de Francisco.
En Chile, donde los jesuitas han tenido una notable influencia a través de sus instituciones educativas y de sus adeptos con posiciones políticas elevadas, la congregación ha estado en el centro de muchos escándalos relacionados principalmente con abusos sexuales en los últimos años.
Francisco «abrió la Iglesia al mundo exterior de maneras que ningún otro Papa había hecho anteriormente», afirmó Mathew Schmalz, profesor de estudios religiosos en el College of the Holy Cross (EE.UU.), en un análisis publicado en The Conversation en febrero.
El Papa buscó constantemente acercarse a otras religiones, incluyendo encuentros históricos con líderes del Islam y del judaísmo.
Por ejemplo, firmó un documento sobre la fraternidad humana con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed al-Tayeb, promoviendo la paz y la convivencia entre personas de diferentes creencias.
Tuvo un encuentro significativo con el principal líder religioso chiita en Irak, el ayatolá Ali Al Sistani, donde Francisco enfatizó «la importancia de la colaboración y la amistad entre las comunidades religiosas, cultivando el respeto mutuo a través del diálogo para contribuir al bienestar de Irak, la región y la comunidad en su conjunto».
Después de los ataques terroristas perpetrados por musulmanes, declaró que no era correcto asociar al Islam con la violencia: «Si hablo de violencia islámica, también debo hablar de violencia católica», indicó.
Asimismo, durante su papado condenó los ataques antisemitas, afirmando que el odio hacia los judíos es un «pecado contra Dios», y se reunió con líderes de comunidades judías en numerosos países.
«Para judíos y cristianos, no hay duda de que el amor a Dios y al prójimo resume todos los mandamientos. Por ende, judíos y cristianos deben considerarse hermanos y hermanas, unidos por el mismo Dios«, escribió en el prefacio del libro «La Biblia de la Amistad. Pasajes de la Torá / Pentateuco comentados por judíos y cristianos».
En cuanto a la reciente campaña militar de Israel en Gaza, la postura del Papa se volvió cada vez más crítica. En enero, calificó la situación humanitaria en la Franja como «muy grave y vergonzosa».
Respecto a las diferentes confesiones cristianas, Francisco hizo grandes esfuerzos para sanar las divisiones. Logró un acercamiento histórico con la Iglesia Ortodoxa Oriental y trabajó con anglicanos, luteranos y metodistas.
Además, durante sus 40 viajes oficiales, también visitó algunos países budistas.
Chu Ilo afirmó que el Papa «socavó las bases» de las posturas más conservadoras en el Vaticano al demostrar «una apertura a escuchar las voces de todos, incluso aquellos que no están de acuerdo con la posición de la Iglesia».
Según el académico, «al hacer esto, ha cambiado las prioridades y prácticas de la Iglesia católica respecto a cuestiones fundamentales como el poder y la autoridad».
Francisco sostiene que «la Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie» y no debe incurrir en «injerencias espirituales» en la vida personal, ya que «Dios nos ha hecho libres en la creación».
En este sentido, fue el primer Papa que permitió que los católicos divorciados pudieran recibir la comunión.
Una de las frases más conocidas de su papado fue: «Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?», refiriéndose específicamente a los sacerdotes homosexuales, pero aplicable a toda la comunidad LGBT en general.
Francisco mostró apertura hacia las uniones civiles entre personas del mismo sexo, permitiendo a los sacerdotes bendecir a las parejas homosexuales y afirmando que tienen derecho a formar una familia.
Todo esto representa un gran cambio en comparación con su predecesor, el Papa Benedicto XVI, quien consideraba que existía un «mal moral intrínseco» en las personas homosexuales.
No obstante, Francisco también afirmó que las uniones entre personas del mismo sexo no deben considerarse matrimonios, señalando que esto sería «un intento de destruir el plan de Dios».
«La Iglesia ha estado dividida durante décadas entre un sector tradicionalista, conservador, que se opone a cualquier cambio, y otro que clama por reformas, especialmente en las comunidades de base«, explica a BBC Mundo Vicens Lozano, autor y periodista con más de cuatro décadas de cobertura en el Vaticano.
«El Papa intentó no profundizar en estas divisiones para prevenir un cisma, pero realizó cambios significativos: fue el primer Papa ecologista de la historia y el primero en acoger a los homosexuales«, puntualiza Lozano, autor de «Vaticangate» e «Intrigas y poder en el Vaticano».
En cuestiones de sexualidad, Francisco mantuvo la doctrina católica que sólo admite métodos anticonceptivos naturales, como el celibato y la abstinencia.
Sin embargo, respaldó el debate sobre el uso del preservativo, reconoció su eficacia para prevenir virus como el VIH y el zika.
Se mostró inflexible en cuanto al aborto y la obligatoriedad del celibato sacerdotal.
Una de las áreas donde recibió más críticas fue su gestión ante el problema más grave que enfrentó durante su papado: las acusaciones de abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia.
Prometió «no escatimar esfuerzos» para llevar ante la justicia a los sacerdotes abusadores y a los obispos que encubrieron sus crímenes. No obstante, los grupos de sobrevivientes lo acusaron de seguir apoyando y protegiendo a clérigos denunciados.
«Francisco luchó contra ‘la cultura de la impunidad’ en el interior de la iglesia, como él lo decía. Realizó importantes esfuerzos: reunió un grupo de investigadores en el Vaticano para abordar el tema de los abusos sexuales y expulsó a muchos sacerdotes por esta causa», argumenta Lozano.
El periodista sostiene que las críticas hacia el Papa derivaban de expectativas poco realistas de muchos.
«La percepción general era que no se estaban tomando medidas y que los avances eran lentos… pero esos son los tiempos del Vaticano», asegura.
Desde el judaísmo reformado hasta las corrientes más progresistas del protestantismo, otras religiones han permitido que las mujeres accedan a los altares.
Sin embargo, Francisco mantuvo la tradición católica y se opuso a la ordenación de mujeres como sacerdotes, argumentando que es «un problema teológico».
Anne Tropeano, una de más de 200 mujeres ordenadas en el mundo en protesta contra el Vaticano, declaró a la BBC en 2022: «La Iglesia enseña con sus acciones que está bien excluir a las mujeres. Esto es algo que aprenden las mujeres, así como los niños y niñas, y también los hombres… y luego todos actúan conforme a esta regla en el mundo».
A pesar de ello, según Schmalz, el Papa «realizó cambios significativos que han abierto varios roles de liderazgo a las mujeres».
«Francisco fue el primer Papa en nombrar a una mujer para dirigir una oficina administrativa en el Vaticano. Asimismo, por primera vez, se incluyeron mujeres en el organismo de 70 miembros encargado de seleccionar obispos y en el consejo de 15 miembros que supervisa las finanzas del Vaticano. Nombró a la hermana Raffaella Petrini, una monja italiana, como presidenta de la Ciudad del Vaticano«, señaló.
Además, en enero, nombró a Simona Brambilla como prefecta del Vaticano, convirtiéndose en la primera en ocupar este cargo en la historia.
«Tener a una mujer en un puesto previamente ocupado por un cardenal representa una revolución. El hecho de que provenga de un contexto donde anteriormente no había cardenales es también una revolución. Un Papa que denuncia el sistema y señala que esta economía mata es, en sí, una revolución«, expresó la teóloga argentina Emilce Cuda a la BBC en 2023, durante un programa especial en conmemoración del aniversario del Papa.
Para Schmalz, «el papado de Francisco ha sido histórico»: «No solo ha profundizado el compromiso de la Iglesia Católica con los pobres, sino que también ha ampliado a quiénes se incluye en la toma de decisiones».
Lozano coincide: «Francisco fue revolucionario porque aportó un aire nuevo al papado, convirtiéndolo en un liderazgo ético y moral del siglo XXI, un siglo que carece de este tipo de líderes a nivel global«.
Y añade: «Es un Papa que ha prestado atención a las comunidades de base y ha sembrado las semillas para una reforma más profunda de la Iglesia en el futuro».
(Imagen: Getty Images)
PURANOTICIA // BBC MUNDO
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