El ministro del Interior de Colombia, Armando Benedetti, admitió haber sido adicto al alcohol y las drogas durante tres décadas, y reveló que ha tenido recaídas.
«La decisión más complicada que he tomado en mi vida fue ingresar a ese centro de rehabilitación», compartió en una entrevista con un medio colombiano.
«No quisiera ser adicto, pero lo soy», comentó en declaraciones a la revista Cambio, reconociendo la dificultad de aceptar su condición y afirmando que «a nadie le gusta ser llamado enfermo». «No quiero ser drogadicto. No quisiera ser adicto, y lo soy», agregó.
Sus declaraciones se producen tras comentarios del exministro de Exteriores, Álvaro Leyva, quien mencionó problemas de adicciones que atribuyó tanto a Benedetti como, principalmente, al presidente Gustavo Petro. Benedetti respondió que Leyva es un «enfermo» que también padece «adicción a las drogas».
«Siempre se niega. Yo reconocí mi adicción después de ir a la clínica. Antes de eso, no sentía que lo era», dijo Benedetti, quien describió estas problemáticas como «un asunto de salud pública».
«Si la sociedad, el Estado y la nación brindaran ayuda cuando alguien se manifiesta enfermo, habría un gran alivio», añadió el ministro, cuya incorporación al gabinete de Petro ha sido objeto de críticas, no solo por su pasado de adicciones, sino también por acusaciones de violencia de género.
Benedetti también confesó haber sido infiel a su esposa, Adelina Guerrero. «Las puertas de la adicción conducen a la infidelidad», precisó, negando haber sido violento con ella, aunque no refutó un incidente con un cuchillo. A pesar de todo, ambos se reconciliaron. «No sé cómo me ha perdonado», concluyó.
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