15.6 C
Valparaíso
martes, mayo 13, 2025

«Puede resultar inquietante»: La teoría espiritual que sostiene la familia de María Ercira, a un año de su desaparición en el fundo de Limache.

El tiempo no ha traído respuestas a la familia de María Ercira Contreras, una mujer de 85 años que desapareció de manera misteriosa durante las celebraciones del Día de la Madre en 2024, en un restaurante del fundo Las Tórtolas en Limache. Este lunes 12 de mayo marca un año exacto desde que se perdió su rastro, sin que hasta ahora existan pistas claras sobre su paradero.

El 12 de mayo de 2024 amaneció soleado en Concón, su lugar de residencia. Esto la llenó de alegría, especialmente porque iba a asistir a una celebración familiar donde alrededor de 12 personas festejarían el Día de la Mamá. Hijos, nietos y cuñados habían reservado una mesa a las 13:30 horas en Limache y comenzaron a llegar con 10 minutos de retraso.

Después de disfrutar de la comida y de conversar animadamente con sus familiares, María Ercira Contreras se levantó de su asiento a las 15:09 horas para ir al baño. Este momento es crucial para la investigación y la familia, ya que fue la última vez que fue vista con vida. Las cámaras de seguridad del fundo Las Tórtolas la registraron caminando por el estacionamiento en los minutos posteriores.

Así comenzó un misterio sin resolver para esta familia de la región de Valparaíso. A partir de entonces, la investigación se ha visto marcada por retrasos, pistas erróneas y cuestionamientos sobre el actuar de las autoridades, tanto del Ministerio Público como de la Policía de Investigaciones (PDI), según lo que relata la familia.

En una entrevista con el matinal «Buenos Días a Todos», el abogado Juan Carlos Manríquez comentó que hay personas de nacionalidad haitiana que trabajaban en el lugar y que no han sido interrogadas por la Fiscalía ni por la PDI. “Nos han informado que hay empleados que cumplían funciones en el estacionamiento y en otras áreas del recinto que no han sido, hasta ahora, interrogados”, indicó.

Manríquez aseguró que, en otros casos, personas de nacionalidad haitiana han proporcionado información “extremadamente relevante” en investigaciones de desapariciones y/o asesinatos, lo cual podría estar vinculado a creencias africanas naturales de la religión acholi, que prohíben convivir cerca de personas que han fallecido de forma violenta o injusta.

“Puede parecer macabro, pero es parte de los estudios criminológicos relacionados con este tipo de delitos”, destacó el abogado, explicando que, según esta cosmovisión, “un cuerpo enterrado en condiciones no voluntarias atormenta a aquellos que son inocentes y están cerca”.

Asimismo, mencionó que “aquellos que han trabajado en casos similares saben que, en ciertos contextos, los testimonios basados en creencias espirituales o culturales pueden ser críticos para encontrar pistas ausentes en la evidencia material”.

Por su parte, Carla Hernández, nieta de María Ercira, compartió la angustia que han enfrentado, así como un gesto que nunca pudo concretar con su abuela: “Pensábamos invitarla a desayunar poco después de la celebración del Día de la Madre; habíamos encontrado un lugar cerca que me encantó, pero eso quedó pendiente. Había querido hacerle ese regalo personal”, contó.

Un año después de que comenzó este misterio, Hernández reconoce que el impacto emocional ha sido devastador, ya que “esto nos ha deteriorado mentalmente a todos. Es algo que no puedes cerrar mientras no tengas respuestas”. Aunque los lazos familiares se han mantenido, la tristeza y la incertidumbre perduran.

“Recordar ese día es sumamente angustiante y doloroso… jamás pensamos que no tendríamos respuestas”, declaró a Página 7, agregando que vivir esta situación es algo que no se le desea a nadie, ya que “esa sensación de angustia, incertidumbre y de sentirte atado de manos es terrible”.

La nieta también expresó su convicción de que la desaparición no fue accidental: “estoy convencida de que hay alguien involucrado, porque si no, ya habríamos encontrado algún rastro de ella”. Hay una gran diferencia entre perder a alguien por muerte natural o por accidente y experimentarlo a través de una desaparición.

Con la voz entrecortada, compartió palabras que no pudo decirle: “Me habría gustado decirle que la amo mucho y que le agradezco por siempre estar pendiente de nosotros, especialmente de mis hijos; era una abuela muy cariñosa”.

A un año de la desaparición de María Ercira Contreras, el silencio, el misterio y la desesperación siguen pesando más que las respuestas. Su familia continúa esperando justicia y claridad, mientras el caso carece de avances significativos. Con el reciente Día de la Madre, este vacío se sintió aún más profundo, recordando la ausencia no solo física de su abuela cariñosa, sino también la deuda pendiente de una investigación que aún no les brinda tranquilidad.

PURANOTICIA



Con Información de puranoticia.pnt.cl

- Advertisement -spot_imgspot_img
- Advertisement -spot_imgspot_img
Lo último
- Advertisement -spot_img
Te podría interesar
- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí