Un palacio en el centro del barrio universitario de Santiago, valorado en cerca de 1.000 millones de pesos (27.493 UF), fue transferido por el Estado a la Fundación Salvador Allende en 2004. Sin embargo, el monto total nunca se pagó en efectivo: el 90% de la deuda se liquidó más de diez años después mediante 93 obras de arte brasileño, cuyo paradero actual es incierto.
La transacción, aprobada por la Subsecretaría de Vivienda mediante la resolución N°122 del Serviu Metropolitano, facilitó la venta directa del inmueble estatal situado en calle República 475. La Fundación Salvador Allende solo abonó 2.749 UF (10%) al contado. El resto —más de 24.000 UF— fue condonado tácitamente durante varios años, hasta que en 2016 se aceptó una dación en pago con las 93 obras, valoradas en 806.500 dólares, que cubrieron la deuda.
Las obras fueron evaluadas por el Museo Nacional de Bellas Artes, aunque ese proceso ha sido fuertemente criticado por la diputada Chiara Barchiesi, quien señala conflictos de interés. El directorio de la Fundación Arte y Solidaridad —que recibió las obras en depósito posteriormente— incluye representantes del mismo organismo que realizó la evaluación artística. «Es un círculo cerrado de favores y falta de transparencia», indicó la parlamentaria.
El abogado Raimundo Palamara, presidente de la Fundación Fuerza Ciudadana, a raíz de su investigación por la venta de la casa de Guarda Vieja, ha revelado el supuesto modus operandi de la familia Allende durante décadas, descubriendo documentos oficiales, resoluciones y escrituras que evidencian la instrumentalización del Estado en beneficio de la familia Allende.
«La Fundación Salvador Allende adquirió un bien que no iba a pagar, y luego lo saldó con obras de arte que no iba a entregar, las cuales todavía retiene. Es un mecanismo inaceptable; la familia debe garantizar que no se repita y, sobre todo, devolver al pueblo lo que le pertenece«, enfatizó. En la actualidad, estas obras no están expuestas ni registradas formalmente en catálogos públicos como Surdoc.
La fórmula empleada en esta operación se conoce como «dación en pago», pero según los denunciantes, lo que agrava la situación es que el Serviu no conservó los bienes entregados como pago. Por el contrario, emitió una resolución para que la Fundación Salvador Allende los custodiara. “No se aseguraron de tener control sobre el supuesto pago recibido, lo que evidencia un perjuicio persistente al Fisco”, subrayó Palamara.
La diputada Barchiesi se dirigió al Ministerio de Vivienda, al Serviu, al Museo Nacional de Bellas Artes y al Consejo de Defensa del Estado (CDE). En este último caso, solicitó específicamente la nulidad del contrato de compraventa y que el inmueble regrese al Estado, ya que la operación presenta vicios de forma. Además, pidió que las obras se subasten y el dinero sea recuperado.
Este episodio reaviva el fallido intento del Gobierno de adquirir la casa de Salvador Allende en Guardia Vieja, una operación que no se concretó y que generó indignación pública. En ese caso, el Estado desistió de pagar 1.000 millones por una propiedad sin valor patrimonial acreditado, lo que le costó el puesto a la entonces ministra de Defensa, Maya Fernández Allende, y provocó la caída política de la ex senadora Isabel Allende. “Parece haber un patrón. Utilizan el nombre Allende para obtener favores, recursos o bienes fiscales», declaró Barchiesi.
Mientras el Consejo de Defensa del Estado examina la información, la imponente mansión de calle República continúa en poder de la Fundación Salvador Allende. Nadie ha visto las obras con las que se saldó la deuda. Y una vez más, el Estado de Chile parece haber sido burlado con elegancia, arte y total impunidad.
PURANOTICIA
Con Información de puranoticia.pnt.cl
