El Departamento de Seguridad Nacional comunicó que, entre los inmigrantes arrestados en las recientes redadas en Los Ángeles, se encontraban individuos condenados por delitos sexuales, robos y delitos relacionados con drogas, entre otros.
Sin embargo, defensores de la inmigración y miembros de la comunidad aseguran que se han separado familias y detenido a inmigrantes no violentos. Durante una manifestación el lunes, la concejal de Los Ángeles, Ysabel Jurado, afirmó que la redada del viernes en un almacén del Distrito de la Moda "no fue un asunto de seguridad pública, sino una violencia estatal impulsada por el miedo, diseñada para silenciar, intimidar y desaparecer".
Las encuestas indican que las políticas migratorias de la administración Trump son populares entre muchos estadounidenses, aunque algunos de sus seguidores han expresado preocupaciones sobre las tácticas empleadas. Por ejemplo, la cofundadora de Latinas por Trump, la senadora estatal de Florida Ileana García, escribió en X: "Esto no es por lo que votamos".
García añadió: "Entiendo la importancia de deportar a delincuentes extranjeros, pero lo que estamos observando son medidas arbitrarias contra aquellos que están cumpl o con sus audiencias de inmigración, en muchos casos, con un temor creíble a ser perseguidos, todo impulsado por el deseo de satisfacer un objetivo de deportación autoinventado".
Las redadas migratorias han aumentado en todo Estados Unidos, tanto en estados demócratas como republicanos. Algunos estados controlados por republicanos, como Tennessee, han colaborado con las autoridades federales.
"California estaba dispuesta a resistir", comentó John Acevedo, decano asociado de la Facultad de Derecho de Emory, quien investiga la libertad de expresión y las protestas en Estados Unidos. Las imágenes de violencia en las calles de Los Ángeles proporcionaron a Trump un catalizador para desplegar la Guardia Nacional.
Para su base, esto tiene un gran impacto: "Demuestra que es serio y que usará todos los medios necesarios para hacer cumplir sus normas migratorias", añadió el profesor Acevedo.
Los manifestantes en Los Ángeles, que se autodenominan ciudad santuario y limitan la cooperación con las autoridades migratorias, no están de acuerdo con la forma en que creen que el gobierno ha tratado a su ciudad. María Gutiérrez, una mexicana-estadounidense que participó en protestas, afirmó: "Esta es mi gente, ¿sabes? Lucho por nosotros".
Las protestas se intensificaron y en algunos casos incluyeron saqueos y un vehículo incendiado. Las autoridades respondieron utilizando balas de goma y gases lacrimógenos.
Gutiérrez también señaló que muchos manifestantes sienten que están protegiendo a la ciudad de las autoridades migratorias y ven las amenazas del gobierno de Trump como un desafío. Si bien Gutiérrez cree que los inmigrantes indocumentados que cometen delitos violentos deben ser perseguidos, sostiene que aquellos que trabajan arduamente y buscan una vida mejor no deberían ser objetivos.
"Esta es nuestra ciudad. Estamos enojados, sabemos cómo protegernos y esto no nos va a asustar", afirmó.
Sin embargo, no todos en la comunidad apoyan las protestas que han captado la atención nacional. Juan, un residente cercano a Paramount que llegó a Estados Unidos ilegalmente y luego se nacionalizó, expresó su apoyo a las acciones del ICE. "Los agentes del ICE tienen un trabajo que hacer, al igual que tú y yo", dijo a la BBC, aunque prefirió mantener su apellido en el anonimato por razones de seguridad.
Juan compartió su experiencia como jornalero y destacó que su familia, aunque está en situación irregular, debería enfrentar las consecuencias de sus acciones. "Un delito es un delito", concluyó.
(Imagen: Getty Images)
(PURANOTICIA // BBC MUNDO)
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