El Salvador ha eliminado la condición de moneda de curso legal del bitcoin, menos de cuatro años después de convertirse en el primer país en adoptarlo, gracias al impulso del presidente Nayib Bukele.
Esta decisión se basa en una reforma a la Ley Bitcoin que fue aprobada por la Asamblea Legislativa, dominada por el oficialismo, este miércoles.
Con la modificación de seis artículos y la eliminación de tres de la ley original aprobada en septiembre de 2021, el criptoactivo deja de ser moneda oficial. Ahora, su uso se limita a intercambios entre ciudadanos y empresas privadas, y su aceptación pasa de ser obligatoria a voluntaria.
El proyecto de reforma fue presentado por la ministra de Turismo, Morena Valdez, a solicitud del presidente Bukele, quien, a pesar de su activa presencia en redes sociales, no ha abordado este tema públicamente.
Esta medida se produce en un contexto económico complejo para el país, en medio de conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un préstamo de US$1.400 millones, que tiene como condición «mitigar los riesgos del bitcoin».
En diciembre, el FMI y las autoridades salvadoreñas llegaron a un acuerdo técnico, pero El Salvador debía cumplir con los requisitos establecidos para obtener la aprobación definitiva del directorio ejecutivo del FMI este febrero.
La reforma ha generado confusión y críticas debido a la nueva redacción de varios artículos.
La modificación más controvertida fue en el primer artículo de la ley, donde se eliminó el término «moneda», pero se mantuvo «de curso legal».
«¿Qué significa que el bitcoin se rige como ‘de curso legal’?», cuestionó el abogado constitucionalista Enrique Anaya.
«Lo importante es que el concepto de moneda ha desaparecido», explicó la economista Julia Evelin Martínez a BBC Mundo.
«Por ejemplo: el euro es de curso legal en el país porque las personas pueden usarlo de forma opcional si ambas partes están de acuerdo, pero no es moneda de curso legal porque nadie está obligado a aceptar pagos en euros«, añadió Martínez, quien fue catedrática e investigadora en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) hasta el año pasado.
La opinión coincide con la del economista Carlos Acevedo, ex presidente del Banco Central de Reserva de El Salvador, quien indicó: «Ese es el espíritu de la reforma, aunque la redacción sea confusa y oscura».
Antes de la reforma, la ley obligaba a los comercios, empresas e instituciones públicas a aceptar la criptomoneda a menos que no contaran con la tecnología para procesar las transacciones. Ahora, su aceptación es voluntaria.
Además, ya no serán aceptados pagos de impuestos en bitcoin, y el Estado ya no podrá saldar sus deudas con la criptomoneda.
«Las obligaciones monetarias del estado, tanto domésticas como externas, deberán ser pagadas en las monedas que fueron contraídas«, se establece ahora en el artículo 12.
Ni Bukele ni el grupo parlamentario de su partido, Nuevas Ideas, han comentado al respecto.
Sin embargo, Milena Mayorga, embajadora de El Salvador en Estados Unidos, aseguró a los periodistas durante un evento especializado en bitcoin que, a pesar de la «confusa redacción», El Salvador sigue siendo «Bitcoin Country» ya que tiene una reserva en criptomonedas que planea aumentar.
«Es importante adaptarse a la situación actual y esta decisión se tomó en la Asamblea, pero no significa que el país dejará de mantener una reserva de bitcoin«, precisó.
«Además, ahora que Estados Unidos está adoptando una postura más amigable, no solo con el bitcoin, sino con otras criptomonedas».
El Salvador adoptó el bitcoin como moneda de curso legal en 2021.
Dos años después, BBC Mundo pudo corroborar que el uso de la criptomoneda era limitado, aunque analistas y autoridades coinciden en que ha funcionado como un atractivo turístico.
El «bitcoin no ha tenido la adopción que esperábamos», confesó Bukele a la revista Time en una entrevista publicada recientemente.
ECONOMÍA EN LENTO CRECIMIENTO
Con la reforma de la Ley Bitcoin, se facilita la concesión del préstamo por parte del FMI, lo que podría mejorar la situación de una economía estancada y con alta deuda como la de El Salvador.
Esto podría abrir la puerta, como indicó el FMI en diciembre al alcanzar el acuerdo técnico, a un respaldo adicional del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otras entidades regionales para un paquete de financiamiento que supere los US$3.500 millones.
Aunque el desafío sigue siendo considerable.
Por quinto año consecutivo, El Salvador fue la economía de menor crecimiento en la región.
Asimismo, el país importa más de lo que exporta, lo que resultó en un déficit de la balanza comercial de más de US$8.000 millones en 2023.
Esto se compensa, en parte, con las remesas que los salvadoreños reciben de familiares en el exterior. En los primeros siete meses de 2024, las remesas alcanzaron los US$4.756 millones, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
Mientras tanto, el 52% de la población (3,3 millones de personas) enfrenta estrés alimentario, lo que significa que tienen dificultades para conseguir alimento suficiente a diario.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su último informe sobre las crisis de hambre a nivel mundial, incluyó a El Salvador entre los países a observar.
(Imagen: Unsplash)
PURANOTICIA // BBC MUNDO
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